La gente moderna espera cosas, desea obtener cosas y confunde la estabilidad emocional con la obtención de las mismas.
La mente no debe obsesionarse por nada, sino debe ser algo como espejo; está bien que refleje cosas mientras existan enfrente, pero tampoco pasa nada si la imagen llega a desaparecer porque las cosas dejaron de existir. La mente no debe dejar rastros. Sólo aquellos que cuentan con dicha pureza logran llevar una vida con un estado anímico libre.
Sin embargo, el ser humano por naturaleza se obsesiona por algo, y justo esa es la razón por la cual sufre. Únicamente la mente sin obsesión será salvada; si usted llega a darse cuenta de eso, sólo será cuestión de que deje de tener obsesiones. Por eso el zazen consiste en eliminar las obsesiones y los desechos que radican en la mente. Una vez que nos deshagamos de los desechos y obsesiones impuras, sólo nos quedará la pureza.
El hombre vive del trabajo, por lo que el cuerpo se ensucia de sudor y grasa, más la piel que está expuesta al aire contaminado. Es por eso que nos duchamos y nos bañamos para limpiar nuestro cuerpo ensuciado.
Sin embargo, por mucho que mantengamos nuestro cuerpo limpio, si nuestra mente sigue sucia no está bien.
El zazen es como un baño para limpiar nuestra mente; sólo se trata de limpiar las partes sucias de nuestra mente a través del zazen. No se trata de agregar o meter cosas desde el exterior; sino de eliminar lo que le sobra a uno para ue al final sólo quede lo necesario; no se trata más que de eso.
Hay que mantenernos limpios quitándonos toda la mugre de la mente, por lo cual el zazen se podría entender como una especie de lavado mental.
Sugiero que la gente moderna se tome de vez en cuando un baño mental mediante el zazen para lavar toda la suciedad.
Así como en nuestras casas hay baño, afuera existen los baños públicos. En cualquier parte del mundo existen los baños, aunque independientemente de que sea privado o público lo que uno hace en el baño, no es para mostrárselo a los demás.
Lo mismo ocurre en el zazen; sentado solo o acompañado, el zazen existe para uno solo. Cuando hablo de “uno solo” me refiero al “hombre verdadero sin rango”, mencionado por el maestro Rinzai: un hombre verdaderamente libre, sin puesto ni atadura, El objetivo del zazen consiste en conocer a este verdadero hombre. Así como la escena del baño no es para mostrársela a otros, el zazen tampoco lo es. El dojo es un mundo totalmente cerrado a la vista exterior.
Si limpiamos bien nuestro cuerpo y alma, hoy también tendremos suficiente energía para trabajar. Fuera de lo cotidiano no existe la vida; el zazen es válido sólo si aplicamos lo aprendido de él a nuestras vidas cotidianas. Es por eso que se nos valora el zazen que hacemos cuando no lo hacemos. Sin embargo, decirlo es fácil, hacerlo no. Por eso quisiera que todos comprendieran al menos la base fundamental que existe dentro del zazen.
Debemos agradecer a esta magnífica Tierra así como agradecer al hecho de que nacimos como magníficos seres humanos para apreciar y valorar esta vida que jamás se repetirá. Sin valorar la vida será imposible vivir ni mucho menos obtener la paz mundial.
El mundo ya ha adquirido un aspecto cosmopolita, es decir, el ser humano debe su existencia como integrante de una comunidad mundial, y ese autorreconocimiento debe contar con una visión global. De aquí en adelante uno no deberá vivir como una persona más, sino como un ciudadano de la Tierra. Es ahí donde existirá la misericordia humana y donde nacerá la compasión hacia todos los seres vivientes.
En eso consistirá la disposición de la gente moderna, por lo cual debemos vivir con un espíritu tolerante hacia los demás, superando todas las barreras de la nación, del pueblo, de la raza y de la religión.
Hozumi Gensho Roshi
Manual básico y visual del zen
CEAPAC, 1ª ed. en español, México, 2014, p33